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Página:Las mil noches y una noche v23.djvu/64

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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

junto á su ama, y le dijo estas simples palabras: «Hombre inservible.»

Al expirar el plazo pedido por Tumadir, Doreid volvió á la tienda de Amr para saber la respuesta. Y Amr le dejó en la parte de la tienda reservada á los hombres, y entró en el aposento de su hija y le dijo: «Nuestro huésped espera tu decisión, Khansa mía, y lo que hayas resuelto.» Y ella contestó: «He consultado conmigo misma, y he resuelto no salir de mi tribu. Porque no quiero renunciar á unirme con alguno de mis primos, jóvenes hermosos cual hermosas y largas lanzas, por casarme con un Juchamida viejo como Doreid, con el cuerpo extenuado, que de hoy á mañana rendirá su menguada alma. ¡Por el honor de nuestros guerreros, prefiero envejecer virgen á ser mujer de un viejo helado!»

Y Doreid, que estaba en la tienda, del lado de los hombres, oyó la despreciativa respuesta, y se impresionó cruelmente. Y por orgullo, no dejó traslucir sus sentimientos, y despidiéndose del padre de la bella Solamida, partió camino de su tribu. Pero se vengo de la cruel con la sátira siguiente:

¡Declaras, querida mia, que Doreid es viejo, demasiado viejo! ¿Acaso te había él dicho que naciese ayer?

¡Anhelas tener por marido ¡oh Khansa!—y en verdad que haces bien—á un jayán de piernas patosas que, por la noche, sepa maniobrar en el estiércol de los rebaños!