Y al oir estas palabras, Hojjr hizo rugir en su pecho un suspiro ruidoso, y poniéndose en pie...
En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.
PERO CUANDO LLEGÓ LA 977.ª NOCHE
Ella dijo:
... Y al oir estas palabras, Hojjr hizo rugir en su pecho un suspiro ruidoso, y poniéndose en pie, dió la voz de marcha y de ataque inmediato al campo kodaida.
Y todos los escuadrones de los Kinditas se pu- sieron en marcha. Y cayeron de improviso sobre el campamento de Ziad. Y se entabló una refriega furiosa. Y no tardaron los Kodaidas de Ziad en ser arrollados y puestos en fuga. Y su campamento, tomado por asalto, fué saqueado y quemado. Y se mató á los que se mató, y se esparció en el viento del furor lo que quedaba.
En cuanto á Ziad, le advirtió Hojjr entre la mu- chedumbre cuando trataba de atraer de nuevo ha- cia la lucha á los que huían. Y chillando y aullando, Hojjr cayó sobre él como ave de rapiña, le cogió á brazo cuando pasaba en su caballo, y levantándole en el aire, le tuvo asi un momento á pulso, golpeán-