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Página:Las mil noches y una noche v5.djvu/117

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HISTORIA DEL REY OMAR AL-NEMAN...

¡Yo plantaré aquí rosas y flores, y para hacerlas florecer mejor las regaré con mis lágrimas!

En seguida se levantó, echó una mirada de des- pedida à la tumba, y volvimos à emprender el ca- mino de su palacio. Y se mostraba muy tierna. Y me dijo repetidas veces: «¡Por Alah, no me aban- dones!» Y yo me apresuré á contestar: «¡Escucho y obedezco!» Segui yendo á su casa todas las noches. Y siempre me recibía con mucho entusiasmo y con mucha expansión. Y nada escatimaba para darme gusto. Yo segui comiendo, bebiendo, besando y co- pulando, vistiendo cada dia los trajes más hermo- sos unos que otros y las camisas más finas unas que otras, hasta que me puse muy gordo y llegué al li- mite de la gordura. No sentia ni penas ni preocupa- ciones, y hasta se me olvidó completamente el.re- cuerdo de la pobre hija de mi tío. En tal estado, ver- daderamente delicioso, permanecí todo un año.

Pero he aquí que un día, à principios del año nuevo, había ido al hammam y me había puesto el traje mejor entre los mejores trajes. Y al salir del hammam me había tomado un sorbete y habia aspi- rado voluptuosamente los finos aromas que se des- prendian de mi ropón impregnado de perfumes. Me sentia más contento que de costumbre, y todo lo veía blanco á mi alrededor. El sabor de la vida era para mi verdaderamente delicioso, y me sentía en tal estado de embriaguez, que me aligeraba de mi peso, haciéndome correr como un hombre ebrio de