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Página:Las mil noches y una noche v5.djvu/229

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HISTORIA DEL REY OMAR AL-NEMAN...

Al ver esto, el jefe de los rumis ordenó á sus ji- netes que se retirasen, y avanzando hacia Kanma- kán, le gritó: «¡Tu juventud es muy bella, ¡oh gue- rrero! y tu valentia la iguala! ¡Pues bien; yo soy Kahrudash, cuyo heroismo es famoso en todo el pais de los rumís, y te voy á otorgar la vida, pre- cisamente por tu valor! ¡Retirate, pues, en paz, porque te perdono la muerte de mis hombres por tu belleza!» Pero Kanmakán le gritó: «¡Poco me im- porta que seas Kahrudash! ¡Lo que me importa es que ceses en tu palabrería y vengas á probar la punta de mi lanza! ¡Y sabe también que ya que te llamas Kahrudash, yo soy Kanmakán ben-Daul' makán ben-Omar Al-Nemán!» Entonces el rumi dijo: «¡Oh hijo de Daul'makán! ¡He conocido en las batallas la valentia de tu padre! ¡Y tú has sabido unir la fuerza de tu padre á una elegancia perfec- ta! ¡Retirate, pues, llevándote todo el botín! ¡Así lo quiero!» Pero Kanmakán le gritó: «¡No es mi cos- tumbre, joh rumi! hacer volver las riendas á mi ca- ballo! ¡Guárdate!» Dijo, y acarició á su caballo Katul, que comprendió el deseo de su amo, y se precipitó, bajando las orejas y levantando la cola. Y entonces lucharon los dos guerreros, y los caba- llos chocaron como dos carneros que se cornean ó dos toros que se despanzurran. Y varios ataques terribles fueron infructuosos. Después, súbitamen- te, Kahrudash con toda su fuerza dirigió la lanza contra el pecho de Kanmakán, pero éste, con una vuelta rápida de su caballo, supo evitarla á tiempo,