1817, miéntras se seguian los trámites de su proceso.
La hermosa prisionera debió sufrir amargamente en su encierro, pues en esos asilos monásticos se conservaba poderoso el viejo espíritu feudal de la colonia. Las revoluciones del pensamiento se estrellan siempre al pié de estos muros inamovibles sin que logren conmoverlos, coma se estrellan las olas del océano contra las grandes rocas.
Pocos dias despues, el 12 de febrero, la señora Recabárren salia triunfante de su prisión; la república habia vencido a la colonia i Luisa podia ver realizado su ideal de patria.
¡Grandiosa época! Cuán dignas de ser amadas, de ser adoradas de rodillas, eran aquellas nobles mujeres, que, olvidándose de que eran esposas i madres, se inspiraban solo en el amor a la patria! Así, con el ejemplo de su heroismo, engrandecian la familia e inculcaban en el alma de aquella jeneracion la idea del deber i del sacrificio, hoi al parecer tan debilitada.