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Plutarco.—Las vidas paralelas.

pero no acabó con Berenice, que para su constitucion no habia bebido bastante, y como luchase largo rato con las ánsias de la muerte, tomó Baquides por su cuenta el ahogarla. De las hermanas solteras se dice que la una bebió el veneno despues de haber proferido mil imprecaciones y dicterios; y que la otra no pronunció ni una palabra injuriosa ni nada que desdijese de su origen; sino que más bien elogió á su hermano, porque en medio de sus peligros propios no las habia olvidado, y ántes habia cuidado de que muriesen libres y sin sufrir afrentas. Todas estas cosas fueron de sumo disgusto á Lúculo, que era de humana y benigna condicion.

Continuando en la persecucion llegó hasta Talauros; pero llevándole cuatro dias de ventaja Mitridates, que se retiraba á la Armenia, acogiéndose á Tigranes, hubo de retroceder; y habiendo vencido á los Caldeos y Tibarenos, tomó la Armenia menor, sometió otras fortalezas y ciudades, y enviando á Apio en legacion á Tigranes para reclamar á Mitridales, se encaminó á Amiso, que todavía permanecia cercada. Era la causa de esta dilacion el general Calimaco, que con sus conocimientos en la maquinaria y con todas las habilidades y estratagemas que admite un sitio, daba mucho en que entender á los Roman os, de lo que más adelante tuvo su merecido. Por entónces, burlado á su vez por Lúculo, que en la hora en que los soldados solicitan retirarse y descansar dió repentinamente el asalto y tomó alguna parte, aunque no grande, de la muralla, salió de la ciudad poniéndole fuego: bien fuese con la mira de que no sacasen de ella utilidad alguna los Romanos, ó bien con la de facilitar más su fuga; pues lo cierto es que nadie hizo alto en los que por el mar se retiraban. Cuando ya la llama se veia discurrir en globos por el muro, y los soldados se aparejaban al saqueo, Lúculo, lamentándose de la ruina de la ciudad, clamaba desde afuera por auxilio contra el incendio, y exhortaba á que le apagasen; pero de :

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