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Plutarco.—Las vidas paralelas.

respectiva patria socorriéndolos con algun viático; y otro tanto ejecutó con los bárbaros, á quienes se habia obligado á emigrar; de lo que resultó que deshecha una ciudad, se repoblaron muchas, volviendo á recibir sus antiguos habitantes: beneficios por el que veneraron á Lúculo como á su favorecedor y bienhechor. Sucedian tambien prósperamente todas las demas cosas á este insigne varon, que apetecia más las alabanzas dadas á la justicia y á la bumanidad, que no las que se tributaban á sus triunfos militares:

porque en éstos tiene no pequeña parte el ejército, y la mayor es de la fortuna; cuando los otros hechos son pruebas de un ánimo benigno y bien educado; con cuyo medio iba Lúculo conquistando á los bárbaros sin armas. Porque los reyes de los Arabes vinieron á buscarle, haciéndole entrega de sus cosas; la nacion de los Sofenos se hizo de su partido; y la de los Gordianos llegó hasta el punto de querer abandonar sus ciudades y seguirle con sus mujeres, con este motivo: Zarbieno, rey de los Gordianos, trató secretamente con Lúculo por medio de Apio, segun que ya dijimos, de hacer alianza con los Romanos, no pudiendo sufrir la tiranía de Tigranes; pero habiendo sido denunciado, perdió la vida, y juntamente sus hijos y su mujer, antes que aquellos penetrasen en la Armenia. No los echó, pues, Lúculo en olvido; sino que pasando al país de los Gordianos, celebró las exequias de Zarbieno, y adornando la pira con aparato régio en ropas y en oro, con otras preseas de los despojos de Tigranes, él mismo le prendió fuego é infundió en ella las libaciones con los deudos y familiares del difunto, apellidándole amigo suyo y aliado de los Romanos. Dispuso tambien que á toda costa se le levantara un suntuoso y magnifico monumento; habiéndose encontrado muchas preciosidades y oro y plata en los palacios de Zabierno; en los que habia además trescientas mil fanegas de trigo, de lo que se aprovecharon los soldados; y Lúculo tuvo la gloria de que sin tomar ni una dracma del erario