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NICIAS.

cierta ley y costumbre con ella conforme, los que recogian los muertos en virtud de convenio se entendia que renunciaban á la victoria, y no les era permitido levantar trofeo:

porque vencen los que quedan dueños, y no quedan dueños los que ruegan, como que no está en su poder tomar lo que piden. Pues con todo, más quiso hacer el sacrificio del vencimiento y de su gloria, que dejar insepultos á dos ciudadanos. Taló, pues, todo el país litoral de la Laconia, y venciendo á los Lacedemonios que se le opusieron, tomó á Turea guarnecida por los Eginetas, y á éstos los trajo cautivos á Atenas.

Como Demóstenes hubiese fortificado á Pilos, al punto acudieron por tierra y por mar los Lacedemonios, y trabada batalla, hubieron de dejar de los suyos en la isla Esfacteria basta cuatrocientos hombres. Parecíales á los AteBienses cosa importante, como lo era en realidad, apoderarse de ellos; pero el cerco se presentaba dificil y trabajoso en un país que carecia de agua, y para el que el acopio de provisiones áun en verano tenía que hacerse con un rodeo muy largo, hallándose por lo mismo en el invierno enteramente falto de todo: tentalos esto disgustados, y estaban pesarosos de haber despedido la legacion que los Lacedemonios les habían enviado para tratar de paz. Habíanla despedido á instigacion de Cleon, principalmente con la mira de mortificar á Nicias, porque era su enemigo; y viendo que se habia puesto de parte de los Lacedemonios, esto bastó para que inclinase al pueblo á volar contra el tratado. Yendo, pues, largo el sitio, y recibiéndose noticias de que el ejército padecia una escasez suma, se mostraban muy enconados contra Cleon, el cual se volvia contra Nicias, echándole la culpa y acusándole de que por sus temores y su flojedad dejaba allí aquellos hombres, cuya rendicion no habria costado tanto tiempo á haber él tenido el mando. Ofreciósełcs al punto á los Atenienses decirle: «¿pues por qué no te embarcas y mar TOMO 111.

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