Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III (1879).pdf/198

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
200
Plutarco.—Las vidas paralelas.

Mas si por dos sobre un honor se alterca, No es nuevo que recaiga en un perverso:

como en esta ocasion, dividido el pueblo entre los dos, dió motivo a que se presentaran en la palestra los hom bres más desvergonzados y corrompidos; de cuyo número era Hipérbolo Peritoide, hombre á quien no fué el poder el que le dió atrevimiento, sino que de ser atrevido pasó á tener poder, y de haber adquirido fama en la ciudad á ser su afrenta y su infamia. Este, pues, considerándose entonces muy distante del castigo de las conchas, cuando lo que verdaderamente le correspondia era un potro, esperaba que cayendo cualquiera de aquellos dos, él iba á ser el rival del que quedase: así se veja bien á las claras que se alegraba de su division, y abiertamente acaloraba al pueblo contra ambos. Enterados Nicias y Alcibiades de esta maldad, se pusieron secretamente de acuerdo, y juntando en uno los dos partidos, lograron que el ostracismo no recayese sobre ninguno de los dos, sino sobre Hipérbolo. Al principio fué este cambio materia de diversion y risa para el pueblo; pero despues ya lo sintieron, pareciéndoles que aquel recurso se habia deshonrado, empleándose en un hombre indigno: Leniendo al ostracismo por una pena que honraba; y juzgando que si bien era castigo para Tucídides, Arístides y otros semejantes, para Hipérbolo era una honra y motivo de jactancia el que fuese tratado por sa maldad como lo habian sido los varones más excelentes; segun que ya lo dijo Platon el cómico, hablando de él en estos versos:

Por sus maldades mereció esta pena; Mas por su calidad de ella era indigno:

Porque no se inventó seguramente Para tan ruin canalla el ostracismo.