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MARCO CRASO.

entre dependientes y esclavos suyos podria reunir hasta unos diez mil. Tocábale por derecho de familia ser quien pusiese la diadema al que era nombrado rey de los Partos; y él mismo habia vuello á colocar en el trono á Hirodes, arrojado de él, y le habia reconquistado á Seleucia, siendo el primero que escaló el muro, y quien rechazó con su propia mano á los que se le opusieron. No tenía entonces todavía treinta años, y con todo gozaba de una grande opfnion de juicio y de prudencia: dotes que no fueron las que contribuyeron ménos á la ruina de Craso, más expuesto á engaños que otro alguno; primero, por su confianza y orgullo; y despues, por el terror y por los mismos infortunios que sobre ei cargaron.

Luego que Acbaro le hubo seducido, apartándole de rio, le llevó por medio de la llanura, al principio por un camino abierto y cómodo, pero molesto despues á causa de los montones de arena, y por ser el terreno escueto, falto de agua, y tal que no ofrecia término ninguno donde los sentidos reposasen; de manera que no sólo se fatigaban con la sed y la dificultad de la marcha, sino que lo desconsolado de aquel aspecto causaba afliccion á unos hombres que no veian ni una planta, ni un arroyuelo, ni la la falda de un monte, ni hierba que empazase á brotar; sino una vasta planicie, que á manera de la del mar envolvia al ejército entre arena, con lo que ya empezaron a sospechar del engaño. Presentáronse á este tiempo mensajeros de Artavasdes, rey de Armenia, avisando que se veia oprimido de una violenta guerra, por hacer caido sobre él Hirodes, lo que le imposibilitaba de enviarles auxilios; pero aconsejaba á Craso que retrocediera, pues trasladándose á la Armenia combatirian juntos contra Hirodes; mas que cuando á esto no se determinase, caminara con cuidado y procurara acamparse retirándose de todo terreno á propósito para obrar la caballeria, y buscando siempre las montañas. Craso nada le contestó por escrito;