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SERTORIO.

pronto á deponer las armas y á vivir como particular, si alcanzaba la restitucion; porque más queria ser en Roma el último de los ciudadanos, que no que se le declarara emperador de todos los demas, teniendo que estar desterrado de su patria. Dicese que era gran parte la madre para desear la vuelta, porque habia sido criado por ella siendo huérfano, y en todo no tenía otra voluntad que la suya. Así es que llamado ya por sus amigos al mando en España, cuando supo que su madre habia muerto, estuvo en muy poco que no perdiese la vida de dolor; porque siete dias estuvo tendido en el suelo sin dar la señal á los soldados, ni dejarse ver de ninguno de sus amigos; y con dificultad los demas caudillos y otras personas de autoridad, rodeándole en su tienda, pudieron precisarle á que saliera y hablara á los soldados, y se encargara de los negocios, que iban prósperamente; por lo cual muchos entienden que él era naturalmeute de condicion benigna é inclinado al reposo, y que por acccidentes que sobrevinieron, tuvo que recurrir contra su deseo á mandos militares; y no encontrando seguridad sino en las armas, que sus enemigos le forzaron á Lomar, le fué preciso hacer de la guerra un resguardo y defensa de su persona.

Mostróse asimismo su grandeza de ánimo en la condueta que tuvo con Mitridates: porque cuando este rey, rehacióndose como para una segunda lucha del descalabro que sufrió con Sila, quiso de nuevo acometer al Asia, era ya grande la fama que de Sertorio habia corrido por todas partes; y los navegantes como de mercancías extranjeras habian llenado el Ponto de su nombre y sus hazañas. Tenía resuelto enviarle embajadores, acalorado principalmente con las exageraciones de los lisonjeros, que comparando á Sertorio con Anibal, y á Mitridates con Pirro, decian que los Romanos, dividiendo su atencion á dos partes, no podrian resistir á tanta fuerza y destreza juntas, si el más hábil general llegaba á unirse con el mayor de todos los