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Plutarco.—Las vidas paralelas.

reyes. Envia, pues, Mitridates embajadores á España con cartas para Sertorio, y con el encargo de decirle que le daria fondos y naves para la guerra, sin solicitar más de é!

sino que le hiciera segura la posesion de toda aquella parte del Asia que habia tenido que ceder á los Romanos conforme á los tratados ajustados con Sila. Convocó Sertorio á Consejo, al que como siempre llamó Senado; y siendo los demas de dictámen de que se accediera á la propuesta como muy admisible, pues que no pidiéndosele más que nombres y letras vanas sobre objetos que no estaban en su facultad, iban en cambio á recibir cosas positivas que les bacian gran falta, no vino en ello Sertorio, sino que dijo que no repugnaria el que Mitridates ocupase la Bitinia y la Capadocia, provincias dominadas siempre por el Rey y que no pertenecian á los Romanos; pero en cuanto á una provincia que poseida por éstos con el mejor título, Mitridates se la babia quitado y retenido, perdiéndola despues, primero por haberla reconquistado Fimbria con las armas, y luego por haberla cedido aquél á Sila en el tratado, no consentiria que volviera otra vez á ser suya: porque mandando él, debia tener aumentos la república, y no hacer pérdidas á trueque de que mandase: pues era propio del hombre virtu so el desear vencer con honra; pero con ignominia ni siquiera salvar la vida.

Oyo Mitridates esia respuesta con grande admiracion; y se dice haber exclamado ante sus amigos: "¿Qué mandará Sertorio sentado en el palacio, si ahora, relegado al mar Allántico, señala límites á mi reino, y porque tengo miras sobre el Asia me amenaza con la guerraf Mas con todo hágase el tratado, y convéngase con juramento en que Mitrídates tendrá la Capadocia y la Bitinia, enviandole Sertorio un general y soldados; y en que Sertorio percibirá de Mitridates tres mil talentos y cuarenta naves.» En consecuencia fué enviado de general al Asia por Sertorio Marco Mario, uno de los senadores fugitivos que habían acudido