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Plutarco.—Las vidas paralelas.

las letras, y él delante de muchos habia de leer otros varios vaticinios, y tambien aquel por el que todo se fraguaba, relativo al Rey: á saber, que era mejor y más conveniente para los Esparciatas elegir sus reyes entre los hombres de probidad. Cuando ya Sileno era mocito, y el enredo iba á ponerse en ejecucion, se le desgració á Lisandro su farsa por cobardía de uno de los personajes de ella, temblando y apartándose del intento en el punto mismo de baber de llevarle al cabo. Mas en vida de Lisandro nada de esto se supo á la parte de afuera, sino sólo despues de su muerte.

Murió antes que Agesilao volviese del Asia, habiéndose metido en la guerra con los Beocios, ó habiendo metido, por mejor decir, á toda la Grecia, pues se dice de una y otra manera, y el motivo unos se lo achacan á él mismo, otros á los Tebanos, y otros dicen haber sido comun y dimanado de ambas partes. Atribúyese á los Tebanos la interrupcion de los sacrificios en Aulide, y el que sobornados Androclidas y Anfiteo con el oro del Rey para suscitar á los Lacedemonios una guerra de toda la Grecia, acometieron á los de Focea y talaron sus términos. De Lisandro se dice haberse irritado contra los Tebanos porque ellos solos habian reclamado la décima de la guerra, cuando los demas aliados guardaban silencio; porque habian mostrado disgusto á causa de las riquezas que Lisandro habia enviado á Esparta; y más principalmente por haber sido los que dieron á los Atenienses pié para libertarse de los treinta tiranos que les puso Lisandro, y cuyo poder y terror aumentaron los Lacedemonios, estableciendo que los fugitivos de Atenas podrian ser reclamados y traidos de cualquiera parte y que quedarian fuera de los tratados los que se opusieran á ello. Pues contra esto dieron los Tebanos los decretos que correspondia, muy parecidos á las bazañas de Hércules y Baco: «que todas las casas y todos los »pueblos de la Beocia estarian abiertos á cualquier Ate-