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Plutarco.—Las vidas paralelas.

memorias Lacónicas que la mujer de Agesilao se llamaba Cleora, y sus hijas Apolia y Proluta; y áun se muestra su Janza conservada hasta el dia de hoy en Esparta, la que en nada se diferencia de las demas.

Como observase que algunos de los ciudadanos tenian vanidad y se daban importancia con criar y adiestrar caballos, persuadió á su hermana Cúnica á que sentada en carro contendiera en los juegos Olímpicos; queriendo con esto hacer patente á los Griegos que semėjante victoria no se debia á virtud alguna, sino á sola la riqueza y profusion.

Tenía en su compañía para servirse de su ilustracion al sabio Jenofonte, y le dijo que trajera á sus hijos á que se educaran en Lacedemonia, para que aprendieran la más importante de todas las ciencias, que es la de ser mandados y mandar.

Despues de la muerte de Lisandro halló que éste habia formado una grande liga contra él, en lo que habia trabajado inmediatamente despues de su vuelta del Asia; y tuvo el pensamiento de hacer ver cuál habia sido la conducta de este ciudadano miéntras vivió; y como hubiese leido un discurso escrito en un cuaderno, del que fué autor Cleon de Halicarnaso, pero que había de ser pronunciado ante el pueblo por Lisandro, tomándolo para este efecto de memoria, en el que se proponian novedades y mudanzas en el gobierno, estaba en ánimo de darle publicidad. Mas leyó el discurso uno de los senadores, y temiendo la habilidad y artificio con que estaba escrito, le aconsejó que no desenterrara á Lisandro, sino que antes enterrara con él el tal discurso; y convencido, desistió de aquel propósito.

A los que se le mostraban contrarios, nunca les hizo el menor daño abiertamente, sino que negociando el que se les enviara de generales ó de gobernadores, demostraba que los empleos se habian habido mal y con falta de integridad, é intercediendo despues en su favor y defendiéndolos, si eran puestos en juicio, de este modo los bacia