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COMPARACION DE AGESILAO Y POMPEYO.

Y POMPEYO.

467 sado Pompeyo de haber causado perjuicios á la república romana por mala vergüenza ó por ignorancia, en otras tantas Agesilao por encono y rivalidad irrogó daños á los Lacedemonios, encendiendo la guerra de la Beocia. Y si ha de entrar en cuenta con estos yerros, la fortuna que vino por ocasion de Pompeyo, fué inesperada para los Romanos; cuando Agesilao á los Lacedemonios, que lo habian oido, y estaban por tanto enterados, no les dejó precaverse del reino cojo: pues aunque mil veces hubiera sido convencido Leutuquidas de extraño y bastardo, no hubiera faltado á la línea Eurutionide rey legitimo y firme de piés, si Lisandro no hubiera echado un tenebroso velo sobre el oráculo por favorecer á Agesilao. Ahora por lo que hace al recurso que excogitó Agesilao en la dificultad que causaban los que habian huido en la batalla de Leuctras, que fué el de mandar que por aquel dia durmiesen las leyes, jamás se inventó otro igual, ni tenemos ninguno de Pompeyo á que compararle. Por el contrario, éste ni siquiera daba valor á las leyes que él mismo habia dictado, cuando se trataba de hacer ver á los amigos la grandeza de su poder; pero aquél, puesto en el estrecho de desatar las leyes por salvar á los ciudadanos, encontró medio para que aquellas no perjudicasen, y para no desatarlas porque perjudicaban. Tambien pongo en cuenta de la virtud politica de Agesilao otro rasgo inimitable, cual fué haber levantado mano de sus hazañas en el Asia apénas recibió la órden de los Eforos; pues no sirvió á la república al modo de Pompeyo en aquello sólo que á él le hacía grande, sino que mirando únicamente al bien de la patria, abandonó un poder y una gloria á los que ni ántes ni despues llegó ainguno otro, á excepcion de Alejandro.

Tomando ya en consideracion otra especie de autoridad, que es la militar y guerrera, en el número de los trofeos, en la grandeza de los ejércitos que mandó Pompeyo, y en la muchedumbre de batallas dadas de poder á poder, de