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Plutarco.—Las vidas paralelas.

parte tambien por la intercesion de todos los senadores que eran de la expedicion, y le pidieron conservara la ciudad; como además se hallase satisfecho en su venganza, dijo despues de haber hecho un elogio de los antiguos Atenienses, que hacía á los pocos el obsequio de los muchos, á los muertos de los vivos. Escribe en sus Comentarios haber tomado á Atenas el dia 1.º de Marzo, que vieno á corresponder al principio tambien del mes Antisterion, en el que casualmente se hacen muchas ceremonias y fieslas de conmemoracion por la excesiva lluvia que causó tamaña ruina y estrago como fué el del diluvio, que vino á suceder en tales dias. Tomade lo que propiamente se llama la ciudad, como el tirano se hubiese retirado á la ciudadela, le puso cerco, encargando de él á Curion. Resistió aquél por bastante tiempo; pero al cabo se entregó estrechado de la sed; en lo que intervino una señal y prodigio del buen Genio de Sila; porque en el mismo dia y en la misma hora en que Curion le recibió, habiendo la mayor serenidad, repentinamente se amontonaron muchas nubes, y la gran lluvia que cayó inundó la ciudadela. Tomó igualmente Sila el Pireo de allí á breves dias, y abrasó la mayor parte de sus obras, y entre ellas la armería de Fi lon, que era una de las más admirables.

En esto Taxiles, general de Mitrídates, bajando de la Tracia y la Macedonia con cien mil infantes, diez mil caballos y noventa carros falcados, llamaba para que se le reuniese á Arquelao, que todavía se mantenia en la marina en la parte de Muniquia, por no querer ni retirarse del mar, ni combatir con los Romanos, sino sólo entretener la guerra é interceptar á éstos los vívores. Conociólo todavía mejor que él Sila, y así marchó precipitadamente hacia la Beocia, abandonando unos terrenos quebrados, y que áun en tiempo de paz no podian proveer á su subsistencia.

Eran muchos los que creian que habia errado su cálculo, por cuanto dejando el Atica, que era país áspero y poco á