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Plutarco.—Las vidas paralelas.

Atenienses volvieron la espalda, como Alcibiades tuviese caballo, y Sócrates con muy pocos se retirase á pié, no le desamparó aquél luégo que le vió, sino que le acompañó y defendió, cargándoles los enemigos, y haciéndoles mucho daño; pero esto fué algun tiempo despues.

A Hipônico, el padre de Calias, varon de suma dignidad y gran poder por su riqueza y linaje, le dió una bofetada, no movido de enfado ó de alguna disputa, sino por juego, á causa de una apuesta que había hecho con sus amigos.

Hizose muy pública en toda la ciudad esta afrenta; y como todos hubiesen mirado el hecho con la indignacion que era justo, á la mañana siguiente muy temprano se fué Alcibiades á casa de Hipónico, y llamando á la puerta, entró á su habitacion, donde quitándose la ropa le presentó su cuerpo, pidiendo que le lastimase y tomara satisfaccion; mas él le perdonó y depuso el enojo, y áun más adelante le hizo esposo de su hija Hipareta. Otros son de sentir que no fué el mismo Hipónico, sino Calias, su hijo, quien casó á Hipareta con Alcibiades, dándole diez talentos; y que luego cuando parió ésta, le arrancó Alcibiades otros diez talentos, como que así se habia pactado si daba á luz varones. Temeroso Calias de que le armase algun enredo, se presentó ante el pueblo, cediéndole su hacienda y su casa, si llegase á morir sin descendencia: é Hipareta, sin embargo de que era mujer prudente y de condicion apacible, incomodada con él, porque sin consideracion al matrimonio frecuentaba otras mujeres forasteras y ciudadanas, abandonando su casa se fué á la del hermano. Mirólo Alcibiades con indiferencia, y áun parecia hacer gala, por lo cual aquella se vió en la precision de poner en poder del Arconte la peticion de divorcio, no por medio de procurador, sino presentándose ella misma. Luego que pareció personalmente conforme á la ley, acudió Alcibiades, y tomándola del brazo marchó á casa desde el foro, llevándosela consigo, sin que nadie se le opusiese ó pensase en