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Alcibiades.

dado Alcibiades sobre manera y agitado de envidia, formó la resolucion de romper el tratado. Y en primer lugar, noticioso de que los Argivos, por odio y miedo de los Esparciatas, buscaban cómo separarse de ellos, les dió reservadamente esperanza de que los Atenienses serian en su auxilio, y los alentó, enviando á decir á los principales del pueblo que no temiesen ni cedieran á los Lacedemonios, sino que se pasaran á los Atenienses y aguardaran lo poco que faltaba para que éstos mudaran de propósito y rompieran la paz. Como en este tiempo los Lacedemonios hubiesen hecho alianza con los Beocios, y hubiesen restituido á los Atenienses la ciudad de Panacto, no en pié como debian, sino habiéndola ántes deruido, hallando con este motivo indignados á los Atenienses, los irritó todavía más. Molestaba por otra parte á Nicias, y le calumniaba y acusaba con apariencia, de que estando con mando, no quiso cautivar por sí mismo á aquellos de los enemigos que habian quedado en Esfactería; y habiendo sido cautivados por otros, los habia dejado ir, y entregádolos, haciendo este obsequio á los Lacedemonios; y tambien de que siendo tan amigo no recabó de éstos que no se ligasen con los Beocios y Corintios, y que no estorbaran que de los pueblos griegos se aliase é hiciese amistad con los Atenienses el que quisiese, si á los Lacedemonios no les estaba á cuenta. Cuando así traia á mal traer á Nicias, dispuso la suerte que viniesen embajadores de Lacedemonia, haciendo por sf proposiciones equitativas, y diciendo que traian plenos poderes para todo lo que fuera de una justa conciliacion. Habíalos oido el consejo, y al dia siguiente se habia de congregar el pueblo: entonces, temeroso Alcibiades, manejó que los embajadores hablasen con él, y luego que se avistaron, «¿qué habeis hecho, les dijo, oh Esparcialas? ¿podeis ignorar que el consejo trata siempre con moderacion y humanidad a los que se le presentan, pero que el pueblo es altanero y tiene desmedidas TOMO II.

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