Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf/153

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
155
Paulo Emilio.

toros; y no bien se hizo de dia cuando ofreció nuevo sacrificio de la misma especie á Hércules, no parando hasta veinte; y al primero y al vigésimo se observaron prodigios, que dijo adjudicaban la victoria á los que se defendiesen. Hizo, pues, voto al mismo Dios de otros cien bueyes y de juegos sagrados, mandando á los caudillos ordenar el ejército para la batalla; mas aguardó con todo á la inclinacion y desvío del resplandor, para que el sol desde el Oriente no los deslumbrara en la pelea dándoles de cara; por lo que estuvo dando tiempo, sentado en su tienda, la que tenía abierta por la parte de la llanura y del campo de los enemigos.

Hácia la entrada de la tarde dicen algunos que con designio de preparar Emilio que fuese de los enemigos la acometida, dió órden de que los Romanos soltaran por aquella parte un caballo sin freno, y que yendo en su persecucion, este fué el principio de la pelea; mas otros sostienen que retirándose con forraje los bagajes de los Romanos, los acometieron los Tracios mandados por Alejandro; que en defensa de aquellos salieron corriendo setecientos Ligures, y que acudiendo muchos al socorro de unos y otros, así fué como de ambas partes se trabó la pelea. Emilio, conjeturando como un buen piloto por el repentino impetu y movimiento de los ejércitos lo arriesgado de aquella lucha, salió de la tienda, y recorrió las filas de la infantería infundiéndoles aliento; y Nasica, que se habia dirigido á las tropas ligeras, reparó en que faltaba muy poco para que estuviese ya trabado el combate con todas las fuerzas enemigas. Venian los primeros los Tracios, cuyo aspecto se dice ser muy fiero, hombres de procerosa estatura, con escudos blancos y relucientes y botas de armadura, vestidos de túnicas negras, llevando pendientes del hombro derecho espadas largas de grave peso.

Seguian á los Tracios los estipendiarios con armas muy diversas, y con ellos venian mezclados los de la Peonia.