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Plutarco.—Las vidas paralelas.

de lo incorpóreo é intelectual á lo sensible, y emplearla en los cuerpos que son objeto de oficios toscos y ministeriales, decayó la mecánica separada de la geometría y desdeñada de los filósofos, viniendo á ser por lo tanto una de las artes. militares. Arquímedes, pues, pariente y amigo de Hieron, le escribió que con una potencia dada se puede mover un peso igualmente dado; y jugando, como suele decirse, con la fuerza de la demostracion, le aseguró que sí le dieran otra tierra, moveria esta, y la arrojaria sobre aquella. Maravillado Hieron, y pidiéndole que verificara con obras este problema, é hiciese ostensible cómo se movia alguna gran mole con una potencia pequeña, compró para ello un gran trasporte del arsenal del Rey, que fué sacado á tierra con mucho trabajo y á fuerza de un gran número de brazos; cargóle de gente y del peso que solia echársele, y sentado lejos de él, sin esfuerzo alguno y con sólo mover con la mano el cabo de un ingenio de gran fuerza atractiva, lo llevó así derecho y sin detencion, como si corriese por el mar. Pasmóse el Rey, y convencido del poder del arte, encargó á Arquímedes que le construyese toda especie de máquinas de sitio, bien fuese para defenderse ó bien para atacar; de las cuales él no hizo uso, habiendo pasado la mayor parte de su vida exento de guerra y en la mayor comodidad; pero entónces tuvieron los Siracusanos prontos para aquel menester las máquinas y al artifice.

Al acometer, pues, los Romanos por dos partes, fué grande el sobresalto de los Siracusanos y su inmovilidad á causa del miedo, creyendo que nada habia que oponer á tal impetu y á lantas fuerzas; pero poniendo en juego Arquímedes sus máquinas, ocurrió á un mismo tiempo al ejército y la armada de aquellos. Al ejército con armas arrojadizas de todo género, y con piedras de una mole inmensa, despedidas con increible violencia y celeridad, las cuales, no habiendo nada que resistiese á su peso,