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MARCELO.

teligencia sobrehumana, no permitió dejar nada escrito; y es que tenía por innoble y ministerial toda ocupacion en la mecánica, y todo arte aplicado á nuestros usos; poniendo únicamente su deseo de sobresalir en aquellas cosas que llevan consigo lo bello y excelente, sin mezcla de nada servil, diversas y separadas de las demas, pero que hacen que se entable contienda entre la demostracion y la materia; de parte de la una por lo grande y lo bello, y de parte de la otra por la exactitud y por el maravilloso poder; pues en toda la geometría no se encontrarán cuestiones más dificiles y enredosas, explicadas con elementos más sencillos ni más comprensibles; lo cuat unos creen que debe atribuirse á la sublimidad de su ingenio, y otros á un excesivo trabajo, siendo así que cada cosa parece despues de hecha que no debió costar trabajo ni dificultad.

Porque si se tratara de inventarlas, no seria dado á cualquiera acertar por si solo con la demostracion; y en aprendiéndolas, al punto nace en cada uno la opinion de que las habria hallado: ¡tanto es lo que facilitan y abrevian el camino para la demostracion! Así no hay como no dar crédito á lo que se refiere, de que halagado y entretenido de continuo por una sirena doméstica y familiar, se olvidaba del alimento, y no cuidaba de su persona; y que llevado por fuerza á ungirse y bañarse, formaba figuras geométricas en el mismo hogar, y despues de ungido tiraba lineas con el dedo, estando verdaderamente fuera de sí, y como poseido de las musas, por el sumo placer que en estas ocupaciones hallaba. Habiendo, pues, sido autor de muchos y muy excelentes aventos, dícese haber encargado á sus amigos y parientes que despues de su muerte colocasen sobre su sepulcro un cilindro con una esfera circunscrita en él, poniendo por inscripcion la razon del exceso que hubiese entre el sólido continente y el contenido.

Siendo, pues, Arquímedes tal cual hemos manifestado, se conservó invencible á sí mismo, é hizo invencible á la TOMO II. .

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