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Plutarco.—Las vidas paralelas.

contiendas, les concedia la ley esta otra aclamacion y pompa pacífica y conciliadora. Porque la flauta es instrumento de paz, y el mirto es el árbol de Vénus, la más abominadora de la violencia y de la guerra entre todos los Dioses. La ovacion no se llama así, como muchos opinan, de la voz griega europóc, que significa feliz canto ó aclamacion, pues que tambion et acompañamiento del otro triunfo da voces de aplauso y entona canciones; sino que el nombre viene de haberlo aplicado los Griegos á sus usos, creyendo que en ello habia algun particular culto á Baco, al que llamamos tambien Buio y Triambo. Mas áun no es de aquí de donde en verdad se deriva, sino de que en el triunfo grande los generales sacrificaban bueyes segun el rito patrio; y en éste sacrificaban una res lanar á la que los Romanos llaman oveja, y de aquí á este triunfo se te dijo ovacion.

Será bueno asimismo examinar cómo el legislador de los Lacedemonios ordenó los sacrificios á la inversa del legislador romano: porque en Esparta el general que con estraLagemas y la persuasion logra su intento, sacrifica un buey; y el que ha tenido que venir á las manos, sacrifica un gallo; y es que con todo de ser los mayores guerreroscreen que al hombre le está mejor alcanzar lo que se propone por medio del juicio y la prudencia, que no por la fuerza y el valor: quédese, pues, esto lodavia indeciso.

Habia sido Marcelo creado cuarta vez cónsul, y sus enemigos ganaron á los Siracusanos para que se presentaran á acusarle y desacreditarle ante el Senado, por haberlos tratado con dureza contra el tenor de los pactos. Hallábase casualmente Marcelo ocupado en la solemnidad de un sacrificio en el Capitolio; y acudiendo los Siracusanos, cuando todavía estaba congregado el Senado, á pedir que se les admitiera á alegar y entablar el juicio, el colega los hizo salir, indignándose con ellos por tal intento, no haHándose Márcelo presente. Mas éste, habiéndolo entendido, vino al punto, y lo primero que hizo, sentándose en