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Plutarco.—Las vidas paralelas.

su imperio: y que entre estos hicieron condenar á Arístides por soborno, acusándole Diofanto, de la tribu Anfitrópide, de haber recibido presentes de los Jonios cuando tuvo el encargo de repartir las contribuciones; y como no tuviese con qué pagar la multa, que era de cincuenta minas, se retiró por mar á la Jonia, y allí murió.» Mas de ninguna de estas cosas produce prueba alguna Cratero, ni el tanto de la acusacion, ni el decreto; siendo así que suele ser muy puntual en dar razon de estas cosas, citando á los que ántes de él las refirieron. De todos los demas, para decirlo de una vez, que pusieron su atencion en describir los malos tratamientos del pueblo para con sus generales, refieren si y ponderan el destierro de Temistocles, la prision de Milciades, la multa de Pericles, la muerte de Paquetes en el tribunal, dándosela él mismo en la tribuna, cuando vió que se daba sentencia contra él, y otras muchas cosas á este tenor; pero respecto de Arístides, aunque no omiten su destierro por el ostracismo, ninguna memoria hacen de esta otra condenacion.

Lo cierto es que se muestra en Falero su sepulcro labrado de órden de la ciudad, porque ni siquiera dejó con qué enterrarse. Dicese que las hijas salieron del Pritaneo para ser entregadas á sus maridos, habiéndose costeado de los fondos públicos los gastos de la boda, y dádose por decreto en dote á cada una tres mil dracmas. A su hijo Lisimaco dió asimismo el pueblo cien minas de plata, y otras tantas yugadas de tierra plantada de árboles, y además otras cuatro draemas al dia, habiendo sido Alcibiades quien presentó el proyecto. Aún más todavía: como Lisimaco hubiese dejado una hija llamada Polucrita, le señaló á esta el pueblo, segun dice Calistenes, la misma racion que á los vencedores de Olimpia; y Demetrio Falereo, Jerónimo Rodio, Aristodemo el músico y Aristóteles, si es que el libro De la nobleza se ha de colocar entre los genuinos de este filósofo, refieren que con Mirto, nieta de Arístides,