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Alcibiades.

T pezada ya la accion, dieron á huir aterrados. Alcibiades entonces, con veinte de las mejores galeras, se metió por medio y encaminó á tierra; y saltando á ella, scometió á los que se retiraban de las naves, dando muerte á muchos.

Venció á Mindaro y Farnabazo que se adelantaron en defensa de éstos, dando muerte á Mindaro, que peleó valerosamente: mas Farnabazo logró fugarse. Fué grande el número de muertos y el de las armas de que se apoderaroo; tomaron todas las naves; se hicieron asimismo dueãos de Cicico; y huido Farnabazo y destrozados los Peloponenses, no solamente quedaron en segura posesion del Helesponto, sino que alejaron á viva fuerza de aquellos mares á los Lacedemonios. Cogiéronse hasta las cartas en que lacónicamente participaban á los Eforos aquella derrota. Nuestras cosas están perdidas, Mindaro muerto. La »gente hambrienta. No sabemos qué hacer.» • Fué tan grande con esto el engreimiento de los soldados de Alcibiades, y salieron tanto de sí, que tenian á ménos el reunirse con los demas soldados: ¡con los que muchas veces han sido vencidos, decian, los que son invietos todavía! Porque no mucho antes habia sucedido que derrotado Trasilo en las inmediaciones de Efeso, se habia erigido por los Efesios un trofeo de bronce en oprobio de los Atenienses. Con estas cosas daban en cara los de Alcibiades á los de Trasilo, ensalzándose á sí mismos y á su general, y no queriendo alternar con los otros ni en gimnasios ni en campamentos. Mas cuando Farnabazo vino luego sobre éstos á tiompo que hacian incursion en las tierras de Abido, trayendo mucha caballería é infanteria, Alcibiades, corriendo prontamente en su auxilio, puso en fuga á Farnabazo, y le siguió el alcance juntamente con Trasilo hasta entrada la noche. Uniéronse ya entonces, y gloriosos y alegres, tornaron al campamento; y levantando al dia siguiente un trofeo, talaron la region de Farnabazo, sin que nadie se atreviers á resistirles. Cautivó en aquella