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FILOPEMEN.

neto de general á Megalópolis; el cual, no obstante diseatir de Filopemen en las cosas de gobierno, no permitió que se llevara á cabo aquella condenacion. Desde entónces, malquisto Filopemen con sus ciudadanos, separó de su obediencia á muchas de las aldeas del contorno, diciéndoles respondiesen que no les eran tributarias, ni habian pertenecido á su ciudad desde el principio; y cuando hubieron dado esta respuesta, abiertamente defendió su causa, é indispuso á la ciudad con los Aqueos; pero esto fué más adelante. En Creta hizo la guerra con los Gortinios, no como un hombre del Peloponeso y de la Arcadia franca y generosamente, sino revistiéndose de las costumbres de Creta; y con usar contra ellos mismos de sus correrías y asechanzas, les hizo ver que eran unos niños que empleaban arterías despreciables y vanas en lugar de la verdadera disciplina.

Admirado y celebrado por las proezas que allá hizo, regresó otra vez al Peloponeso, y halló que Filipo habia ya sido vencido por Tito Flaminio, y que á Nabis le perseguian con guerra los Aqueos y los Romanos; y siendo in mediatamente nombrado general contra él, como probase la suerte de un combate naval, le sucedió lo que á Epaminondas, que fué perder de su valor y gloria, habiendo peleado muy desventajosamente en el mar; aunque de Epaminondas dicen algunos que no pareciéndole bien que sus ciudadanos gustasen de las utilidades que la navegacion produce, no fuese que insensiblemente de infantes inmobles, segun la expresion de Platon, se los hallase trocados en marineros y hombres perdidos, dispuso muy de intento que del Asia y de las islas se volviesen sin haber hecho cosa alguna. Mas Filopemen, muy persuadido de que la ciencia que tenía en las cosas de la tierra le habia de servir tambien para las del mar, muy luego se desengañó de lo mucho que el ejercicio conduce para el logre de las empresas, y cuán grande es para todo el poder de la costum-