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FILOPEMEN.

por los Griegos en sus teatros; lo que sin culpa de nadie ofendió la ambicion de Tito Flaminio; porque como cónsul de los Romanos queria se le aplaudiese más que á un particular de la Arcadia; y en punto á beneficios creia que le excedia en mucho, por cuanto con sólo un pregon babia dado la libertad á toda la Grecia, que antes servia á Filipo y los Macedonios. De alli á poco hace Tito paces con Nabis, y muere éste de resulta de asechanzas que le pusieron los Etolios; y como con este motivo se excitasen sediciones en Esparta, aprovechando Filopemen esta oportunidad, marcha allá con tropas, y ganando por fuerza á unos, y con la persuasion á otros, atrae aquella ciudad á la liga de los Aqueos; empresa que le hizo todavía mucho más recomendable á éstos, adquiriéndoles la gloria y et poder de una ciudad tan ilustre; y en verdad que no era poco haber venido Lacedemonia á ser una parte de la Acaya. Conciliose tambien los ánimos de los principales entre los Lacedemonios, por esperar que habian de tener en él un defensor de su libertad. Por tanto, habiendo reducido á dinero la casa y bienes de Nabis, que importaron ciento y veinte talentos, decretaron hacerle presente de esta suma, enviándole al efecto una embajada; pero entónces resplandeció la integridad de este hombre, que no sólo parecia justo, sino que lo era: porque ya desde luego ninguno de los Esparciatas se atrevió á hacer á un varon como aquel la propuesta del regalo; sino que temerosos y encogidos se valieron de un huésped del mismo Filopemen, llamado Timolao, y despues éste, habiendo pasado á Megalópolis, y sido convidado á comer por Filopemen, como de su gravedad en el trato, de la sencillez de su método de vida, y de sus costumbres observadas de cerca hubiese comprendido que en ninguna manera era hombre accesible á las riquezas ó á quien se ganase con ellas, tampoco habló palabra del presente; y aparentando otro motivo de su viaje, se retiró á casa: sucediéndole otro tanto la se.

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