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Plutarco.—Las vidas paralelas.

voz dicen que le dió cierto atractivo el ser ceccoso, y que á su habla este mismo tartamudear la hacía muy gracios...

Hace mencion Aristófanes de su tartamudeo en aquellos versos en que zahiere á Teoro:

Con tartamudo acento Alcibiades Me dijo luégo: «¿Vistes á Teola!

Yo cabeza de cuelvo le apellido.» Ceceó así Alcibiades bellamente.

'Y Arquipo, haciendo tambien escarnio del hijo de Alcibiades, «tiene, dice, el andar de hombre afeminado, con la ropa arrastrando, y para que se le tenga por más parecido al padre, El cuello tuerce, y habla ceceoso..

Sus costumbres con el tiempo, como no podia ménos de ser en tan extraordinarios acontecimientos y en tantas vicisitudes de la fortuna, tuvieron grandes contrariedades y mudanzas; mas estando por su índole sujeto á muchas y grandes pasiones, las que más sobresalian eran la soberbia y la ambicion, como lo convencen sus hechos pueriles de que hay memoria. Luchaba en una ocasion, y viéndose muy estrechado por el contrario, al tiempo que hacia esfuerzos para no caer, levantó los brazos de éste que le oprimian, y parecia que iba á comérsele las manos. Soltó entonces el contrario, y diciéndole: «muerdes, oh Alcibiades, como las mujeres;» «no á fe mia, le replicó, sino como los leones.» Siendo todavía pequeño jugaba á los dados en un sitio estrecho, y cuando le tocó tirar venía por allí un carro cargado; gritó al instante al carretero que detuviera el ganado, porque iban á caer los dados en el paso del carro; y como por rusticidad no hiciese caso, y fuese adelante, los demas muchachos se apartaron; pero Alcibiades.