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Plutarco.—Las vidas paralelas.

a ramas y levando esa purpura, aconsejar a cs 320ersesas comidas espartanas, y elogiar a Licurg Escribió Aeanden dando orden de que se le enviaras cierto aumero de eers: y oponiéndose ics cradores, el Senado mandó ple Furion expusiese su iletumea: yé les duo: i dictamen es que seais mis fuertes en las armas.

ń os hagais amigos de los que lo son. A Piteas que sapeziba á comparecer aotes Ateniesses, y ya era bazia ior:

o callarás, le do. siento bid via recien comprado para el puebio?» Harpalo, que habia huido de Alejandro con grande cantatad de dinero, aportó desde el asia al 3tica, y la torba de los acostumbrados á sacar producto de la trihona, empezó a correr á él y á frecuentarle; y el con darles algun cebo, los abandonó y eavió á pasear, pero á Focion buscó quien le ofreciera setecientos tal—otos y otra infinidad de presentes, queriendo entregarse todo á ét: mas babiendo respocdi—io Focion con aspereza que tediria Harpalo que sentir si no cesaba de andar corrompiendo la ciudad, entonces intimi ludo se contuvo. Tuvieron junta de alli á poco los Atenienses, y vio a los que habian recibido dinero convertidos en enemigos suyos, y que le acasaban para desvanecer las sospechas, y solo Focion, que nada había admitido, al proponer lo que convenia á la república no se olvidaba de atender á su salud. Volvió con esto otra vez á querer obsequiarle; pero despues de haberle rodeado y tanteado por todas partes, se desengaño de que era una fortaleza inexpugnable con el oro; pero habiéndose becto amigo y familiar de su yerno Carieles, dió motivo á que se formara de éste mala opinion, porque era toda su confianza, y de quien para todo se valia.

Moerta de alli á poco la ramera Pitoaica, de quien habia estado enamorado Harpalo, teniendo de ella una bija, quiso erigirle á toda costa un monumento, y dió á Caricles este encargo, que sobre no ser en sí muy decoroso, todavía cedió en mayor vergüenza suya cuando dió acabado el se-