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FOCION.

dro, hijo de Poliperconte, segun lo que él decia, para auxiliar contra el mismo Nicanor á los ciudadanos, pero en el efecto para apoderarse, si podia, de la ciudad, que por sí misma se le venía á la mano. Porque los desterrados babían acudido á él, y al punto se habian metido en la ciudad; y con los forasteros y los notados de infamia que se les agregaron, se reunió una junta numerosa y desordenada, en la que deponiendo del mando á Focion, eligieron otros generales; y á no haber sido porque dirigiéndose Alejandro solo á hablar con Nicanor al pié de la muralla fué visto, y porque habiéndolo ejecutado repetidas veces dió ocasion á que sospechas en los Atenienses, no hubiera evitado la ciudad aquel peligro. Al punto, pues, el orador Agnónides se desencadenó contra Focion, acusándole de traidor; de lo que temerosos Calimedonte y Pericles salieron de la ciudad; pero Focion y los amigos que permanecieron á su lado se acogieron á Poliperconte; saliendo con ellos, por consideracion á Focion, Solon de Platea y Dinarco de Corinto, que pasaban por apasionados y amigos de Poliperconte; mas á causa de haber caido enfermo Dinarco se detuvieron en Elatea por bastantes dias. En estos, en virtud de un decreto, defendido por Agnónides, y escrito por Arquestrato, envió el pueblo una embajada con el objeto de acusar á Focion; y unos y otros alcanzaron á un mismo tiempo á Poliperconte que iba en compañía del Rey cerca de una aldea de la Fócide, llamada Faruges, y situada junto al monte Acrourio, al que ahora dicen Gálata. Puso en ella Poliperconte un dosel de oro, y sentando debajo de él al Rey y á su lado á los de su corte, en cuanto á Dinarca dió órden de que sobre la marcha le prendicsen, y despues de darle tormento, le quitasen la vida; y á los Atenienses les concedió permiso de hablar. Levantóse grande alboroto y griteria, acusándose unos á otros en aquella junta; y como dijese Agnónides: «metednos á todos en una jaula, y enviadnos á que tratemos este negocio ante los Atenienses;» el .