Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf/249

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
251
CATON EL MENOR.

tepondria, no siendo más que pretor, al que era procónsul, porque Escipion habia sido nombrado procónsul, y los más tenian gran confianza de que vencerian por el nombre, mandando el Africa un Escipion.

Luego que Escipion se encargó del mando, quiso por complacer á Juba que se diera muerte sin distincion a los Uticenses, y que se asolara su ciudad, por ser partidaria de César; pero Caton no lo consintió, sino que clamando y exhortando en la junta, é invocando á los Dioses, aunque con trabajo, consiguió por fin desvanecer tan crueles intenciones, y ora cediendo á los ruegos de los mismos Uticenses, ora atendiendo a lo que tambien deseaba Escipion, tomó á su cargo guarnecer y fortificar aquella ciudad, para que ni segun su voluntad ni contra ella se uniera á César, pues el país era útil para todo, y proveia suficientemente á los que le ocupasen; y áun se hizo más fuerte entre las manos de Caton. Porque introdujo en ella extraordinaria copia de viveres, y reforzó las murallas, levanLando torres y formando delante del recinto grandes fosos y estacadas. Dispuso que la juventud de los Uticenses residiese en las trincheras, entregándole las armas, y que los demas permaneciesen en la ciudad, cuidando con esmero de que no se les causase la menor injusticia ni vejacion por los Romanos. Remitió á las tropas del campamento armas, fondos y víveres, y en general tuvo á Utica por almacen y depósito de la guerra. El consejo que habia dado ántes á Pompeyo y entonces á Escipion de que no se entrara en batalla con un hombre aguerrido y temible, sino que se ganara tiempo, porque este es el que marchita el vigor de la tiranía, lo miraba tambien con desprecio Escipion por su vana arrogancia; y áun en cierta ocasion eseribió á Caton tachándole de cobarde, pues que no contento con estar quieto en una ciudad guardado con murallas, no quería dejar á los demas que segun la oportunidad obraran decididamente como les pareciese. Replicóle Caton