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ALEJANDRO.

indecente é inhonesto para hacerse corredor de semejante mercaderia?» Reprendió ásperamente á Filoxeno en una carta, mandándole que enviara noramala á Teodoro con sus cargamentos. Mostróse tambien enojado al jóven Agnon, que le escribió tener intencion de comprar en Corinto á Crobilo, mozo allí de grande nombradía, para presentárselo; y habiendo sabido que Damon y Timoteo, macedonios de los que servian å las órdenes de Parmenion, habian hecho violencia á las mujeres de unos estipendiarios, escribió á Parmenion dándole órden de que si eran con vencidos, los castigara de muerte, como fieras corruptoras de los hombres; hablando de sí mismo en esta carta en las siguientes palabras: «Porque no se hallará que yo haya visto á la mujer de Darío ni que haya querido verla, ni dar siquiera oidos á los que han venido á hablarme de su belleza.»» Decia que en dos cosas echaba de ver que era mortal: en el sueño, y en el acceso á mujeres; pues de la misma debilidad de la naturaleza provenia el sentir el cansancio y las seducciones del placer. Era asimismo muy sobrio en cuanto al regalo del paladar; lo que manifestó de muchas maneras, y tambien en las respuestas que dió á Ada, á la que adoptó por madre y la declaró reina de Caria: porque como ésta, para agasajarle, le enviase diariamente muchos platos delicados y exquisitas pastas, y finalmente los más bábiles cocineros y pasteleros que pudo encontrar, le dijo que para él todo aquello estaba demas; porque tenía otros mejores cocineros puestos por su ayo Leonidas, que eran para el desayuno salir al campo ántes del alba, y para la cena comer muy poco entre dia. El mismo, decía, reconoce mis cofres y mis guardaropas para ver si la madre me ha puesto cosas de regalo y de lujo.» Aun respecto del vino era ménos desmandado de lo que comunmente se cree; y si parecia serlo, más bien que por largo beber era por el mucho tiempo que con cada