Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf/318

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
320
Plutarco.—Las vidas paralelas.

Tolomeo, y morir de un modo digno de Esparta, sin aguardar á ser degollados como víctimas engordadas para el sacrificio: pues era cosa terrible que habiendo Cleomenes desechado las proposiciones de paz hechas por Antígono, gran militar y hombre de valor, se estuviera ahora sentado esperando á que se hallara de vagar un rey ministro de Cibeles, y á que depusiera el tímpano y el tirso para degollarle.

Tomada esta resolucion, hizo la casualidad que Tolomeo habia ido á Canopo, y con esta oportunidad hicieron correr la voz de que el Rey le daba libertad. Además de esto, siendo costumbre recibida en el palacio que se enviase la comida y diferentes regalos á los que iban á ser sacados de la prision, los amigos habian hecho estos preparativos para Cleomenes, y se los enviaron desde afuera del edificio para engañar á los de la guardia, haciéndoles creer que era el Rey el que los enviaba; para lo que sacrificó y les dió abundantemente parte, coronándose él de flores, y recostándose á comer con sus amigos. Dícese que puso en ejecucion su designio más presto de lo que tenía pensado, por haber llegado á entender que un esclavo que estaba en el secreto habia dormido fuera con una mujer, de la que estaba enamorado; y temeroso de que pudiera descubrirlo, siendo la hora del medio dia, y habiéndose asegurado de que los guardias estaban durmiendo medio beodos, se puso la túnica, y desatando los lazos del hombro derecho, con la espada desnuda en la mano, salió con los amigos preparados de la misma manera, que en todos eran trece.

De éstos, Hipotas, que era cojo, al primer ímpetu los acompañó con igual ardor; pero cuando advirtió que por él iban más despacio, les pidió que lo mataran, y no malograran la empresa por esperar á un hombre inútil. Mas sucedió que atravesó por la puerta un Alejandrino que llevaba un caballo: quitáronselo, y poniendo en él á Hipotas, dieron á correr por las calles, excitando á la muchedumbre á la li-