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TIBERIO Y CAYO, GRACOS.


Habiendo referido ya la primera historia, nos quedan que ver no menores infortunios en la pareja romana, contraponiendo las vidas de Tiberio y Cayo. Eran hijos de Tiberio Graco, que con haber sido censor de los Romanos, cónsul dos veces, y habiendo obtenido dos triunfos, todavía fué mayor la dignidad que debió á su virtud. Fué por tanto merecedor de tomar en matrimonio á Cornelia, hija de Escipion, el que venció á Aníbal, despues de la muerte de éste, aunque no habia sido su amigo, sino más bien de otro partido en el gobierno. Dícese que cogió una vez una pareja de dragones sobre su lecho: que habiendo examinado los agoreros este portento, no dejaron que se diera muerte á los dos, ni que los dos quedaran, sino que se eligiera uno, en la inteligencia de que si se mataba el macho, esto anunciaba la muerte á Tiberio, y si la hembra, á Cornelia; y finalmente, que amando mucho Tiberio á su mujer, y juzgando que era más conveniente morir él el primero por tener más edad, pues Cornelia era todavía jóven, mató de las serpientes el macho y dejó la hembra; y despues, al cabo de poco tiempo, murió, dejando doce hijos tenidos en Cornelia. Encargada ésta de los hijos y de la casa, se mostró tan prudente, tan amante de sus hijos, y tan magnánima, que entendieron todos no haber andado