Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf/369

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
371
DEMOSTENES.

tierra. Por ignorar esta máxima Cecilio, excesivo en todo, se metió sin reflexion á formar juicio entre Ciceron y Demóstenes; pero si á todos les fuera dado tener á la mano el conócete á tí mismo, no hubiera sido esta tenida por una advertencía divina. Parece, pues, haber sido un mismo genio el que formó á Demóstenes y Ciceron, y acumuló en su naturaleza muchas semejanzas: como la ambicion, el amor de la libertad cuando tomaron parte en el gobierno, y la cobardía para los peligros y la guerra; con lo que mezcló tambien muchas cosas de las que son de fortuna: porque no creo que podrán encontrarse otros dos oradores que de oscuros y pequeños hubiesen legado á ser grandes y poderosos; que hubiesen resistido á reyes y tiranos; que hubiesen perdido sus hijas, hubiesen sido arrojados de su patria, y restituidos despues con honor; que huyendo despues hubieran sido alcanzados por los enemigos, y que en el mismo punto de espirar la libertad de sus conciudadanos hubiesen ellos perdido la vida; como que sí á manera del de los artistas pudiera haber certámen entre la naturaleza y la fortuna, sería muy difícil discernir si aquélla los había hecho más semejantes en las costumbres, ó ésta en los sucesos. Diremos, pues, primero dei que precedió en tiempo.

Demóstenes, el padre de este otro Demóstenes, era uno de los buenos y honrados ciudadanos, segun dice Teopompo. Llamábanle por sobrenombre el Espadero, á causa de tener un gran obrador y muchos esclavos inteligentes que trabajaban en este oficio. Lo que el orador Esquines dijo acerca de su madre dándola por bija de un tal Filon, que por causa de traicion babia huido de la ciudad, y de una mujer peregrina y bárbara, no podemos decir si fué cierto, ó ai lo fingió é inventó para desacreditarle. Muerto el padre, quedó Demóstenes á la edad de siete años con un buen patrimonio, pues montária el valor de toda su hacienda á poco menos de quince talentos; pero sus tutores