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Plutarco.—Las vidas paralelas.

ya como generoso leon, harto y satisfecho de matanza..

Persuadióle, en efecto, Demades recabando el perdon de aquellos, y reconcilió con él á la ciudad.

Retirado que se hubo Alejandro, los otros se levantaron de ánimo, y Demóstenes quedó humillado y abatido. Despues, cuando el esparciata Agis bízo algunas novedades y mudanzas, dió él tambien algun paso; pero al punto cayó, por no haber podido mover å los Atenienses, y tambien por haber muerto Agis, y haber sufrido descalabros los Lacedemonios. Tratóse en este tiempo la causa sobre la corona contra Cresifonte, intentada siendo arconte Querondas, poco antes de la balalla de Queronea, pero que se juzgó diez años despues, siéndolo Aristofonte, y se hizo célebre más que ninguna otra de las causas públicas, ya por la fama de los oradores, y ya tambien por la rectitud de los jueces; los cuales no hicieron el sacrificio de su voto contra Demóstenes á los enemigos de éste, que eran los que entonces tenian el mayor poder en la ciudad por ser del partido macedonio, sino que le absolvieron con tanta ventaja, que no tuvo Esquines en su favor ni la quinta parte de los votos; así es que al instante se salió de la ciudad, y pasó su vida en Rodas y en la Jonia, teniendo escuela de elocuencia.

De allí á poco vino del Asia á Atenas Harpalo, buyendo de Alejandro, ya porque realmente sus negocios se hallaban en mal estado á causa de su disipacion, y ya tambien por temer á éste, que se habia hecho terrible á sus amigos.

Acogiéndose, pues, al pueblo de Atenas, y poniéndose en sus manos con sus naves y sus bienes, al punto los demas oradores, puestos los ojos en la riqueza, estuvieron de suparte, y persuadian á los Atenienses que le admitieran y salvaran á un refugiado; pero Demóstenes al principio aconsejaba que se hiciera salir á Harpalo, y se guardaran de precipitar a la ciudad en la guerra por un motivo no necesario é injusto; y al cabo de pocos dias, habiéndose he-