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Plutarco.—Las vidas paralelas.

derrota á la noche y á las tinieblas, como la primera á los montes, á los desfiladeros y al mar: porque Dario con tan inmensas fuerzas no desistiria de combatir por falta de armas & de hombres, sino cuando perdiera el ánimo y la esperanza, convencido de haber sido deshecho en batalla dada á vista de todo el mundo de poder a poder.

Dícese que encerrándose en su pabellon luego que éstos se retiraron, durmió con un profundo sueño la parte que restaba de la noche, fuera de su costumbre; en términos que se maravillaron los jefes, habiendo ido á hablarle de madrugada; y tuvieron que dar por sí la primera órden, que fué la de que los soldados comieran los ranchos. Despues, cuando ya el tiempo estrechaba, entró Parmenion, y poniéndose al lado de la cama, le fué preciso llamarle dos ó tres veces por su nombre: desperlóse, y preguntándole éste en qué consistia que durmiese el sueño de un vencedor, cuando no faltaba nada para entrar en el más reñido de todos los combates, se añade haberle respondido sonriéndose: «¿Pues te parece que no hemos vencido ya, libres de tener que andar errantes en persecucion de Dario, que nos hacia la guerra huyendo por un país extenso y gastado?» Y no sólo ántes de la batalla, sino que en medio del peligro se mostró grande é inalterable para tomar disposiciones y dar pruebas de confianza: porque aquella accion tuvo momentos de flaqueza y de algun desórden en la ala izquierda mandada por Parmenion, por haber cargado la caballería Bactriana con gran impelu y violencia á los Ma cedonios, y haber enviado Maceo otra division de caballería fuera de la línea de batalla para acometer á los que guardaban los equipajes. Así es que turbado Parmenion con estos dos incidentes, envió ayudantes que informaran á Alejandro de que iban á perderse el campamento y el bagaje, si sin dilacion alguna no enviaba desde vanguardia un considerable refuerzo á los de reserva; y esto fué en el momento en que justamente estaba dando a los que por sí