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COMPARACION DE DEMOSTENES Y CICERON.

su objeto fuese competir juvenilmente con los oradores Isocrates y Anaximenes; y no atraer y dirigir al pueblo romano, Grave y altivo, poderoso en armas, Y á sus contrarios iracundo y fiero.

Es verdad que en los que han de gobernar se necesita la elocuencia; pero deleitarse en ella, y saborear la gloria que procura, no es de ánimos elevados y grandes. En esta parte se condujo con más decoro y dignidad Demóstenes; quien decia que su habilidad no era más que una práctica, pendiente aún de la benevolencia de los oyentes; y que tenia por iliberales y humildes, como lo son en efecto, á los que en ella se vanaglorian.

La habilidad para hablar en público é influir por este medio en el gobierno fué igual en ambos, hasta el extremo de acudir á valerse de ellos los que eran árbitros en las armas y en los ejércitos: como de Demóstenes, Cares, Diopeites y Leostenes; y de Ciceron, Pompeyo y César Octavio, como éste lo reconoció en sus Comentarios á Agripa y Mecenas. Por lo que hace á lo que más descubre y saca á la luz la índole y las costumbres de cada uno, que es la autoridad y el mando, porque pone en movimiento todas las pasiones, y da ocasion á que se manifiesten todos los vicios, á Demóstenes no le cupo nada de esto, ni tuvo en qué dar muestra de sí, no habiendo obtenido cargo ninguno de algun viso, como que ni siquiera fué uno de los caudillos del ejército que él mismo hizo levantar contra Filipo. Mas Ciceron fué de cuestor á la Sicilia y de procónsul á la Capadocia; y en un tiempo en que la codicia andaba desmandada, y estaba recibido que los que iban de generales y caudillos, ya que el hurtar fuera mal visto, se ejercitasen en saquear, no vituperando por tanto el que tomasen, sino mereciendo gracias el que lo ejecutaba con