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ALEJANDRO.

Tiró un poco al principio del freno, y sin castigarle ni áud tocarle le hizo estarse quedo. Cuando ya vió que no ofrecia riesgo, aunque hervia por correr, le dió rienda y le agitó, usando de voz fuerte y aplicándole los talones. Filipo y los que con él estaban tuvieron al principio mucho cuidado y se quedaron en silencio; pero cuando le dió la vuelta con facilidad y soltura, mostrándose contento y alegre, todos los demas prorumpieron en voces de aclamacion; mas del padre se refiere que lloró de gozo, y que besándole en la cabeza luego que se apeó: «busca, hijo mio, le dijo, un reino igual á tí, porque en la Macedonia no cabes.» Observando que era de carácter poco flexible, y de los que no pueden ser llevados por la fuerza; pero que con la razon y el discurso se le conducia fácilmente á lo que era decoroso y justo, por sí mismo procuró más bien persua dirle que mandarle; y no teniendo bastante confianza en los maestros de música y de las demas habilidades comunes para que pudieran instruirle y formarle, por exigir esto mayor inteligencia y ser, segun aquella expresion de Sófocles, Obra de mucho freno y mucha maña, envió á llamar el filósofo de más fama y más extensos conocimientos, que era Aristóteles, al que dió un honroso y conveniente premio de su enseñanza: porque reedificó de nuevo la ciudad de Estagira, de donde era natural Aristóteles, que el mismo Filipo habia asolado; y restituyó á ella á los antiguos ciudadanos, fugitivos ó esclavos. Concedióles para escuela y para sus ejercicios el bosque inmediato á Mieza, donde áun ahora muestran los asientos de piedra de Aristóteles, y sus paseos defendidos del sol. Parece que Alejandro no sólo aprendió la ética y la política, sino que tomó tambien conocimiento de aquellas enseñanzas graves