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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

de ellos segun las circunstancias, que añaden ó quitan;.

porque todo el negocio de la legislacion lo hizo consistir en la crianza. Era, pues, una de las reiras, como se ba dicho, no usar de leyes escritas. Olra contra el lujo era la de que toda casa tuviera ia armazon del tejado labrada de hacha, y las puertas de sola la sierra, sin otro instrumenlo; pues lo que despues dijo Epaminondas de su mesa, «este convite no admite traicion,» esto mismo lo habia pensado ántes Licurgo: «esta casa no consiente profusion y lujo.»

Nadie á la verdad sería tan simple y menguado que en una casa pobre y popular fuese á poner 6 lechos con piés de plata, 6 alfombras brillantes, 6 vajilla de oro, ú otra cosa de lujo consiguiente á estas, sino que era preciso que á la casa correspondiese el iecho, á éste los paños, y á los paños todo el demas menaje y prevenciones. De esle modo de vivir nació el que Leotuquidas el mayor, comiendo en Corinto, como viese que la armazon del techo de la casaera muy preciosa y artesonada, hubiera preguntado al huésped si entre ellos nacian escuadreados los maderos.

Otra tercera reira refiere Licurgo, que era la que prohibia hacer guerra á los mismos enemigos, para que no se hagan guerreros con la costumbre de defenderse muchas veces; y esto fué de to que tiempo adelante acusaron principalmente á Agesilao, porque con sus repetidas y multiplicadas incursiones y guerras en la Beocia habia hecho contrarios dignos de los Lacedemonios á los Tebanos; y por lo mismo, viéndole herido Antaleidas, le dijo: «Este es ei premio con que los Tebanos te pagan su aprendizaje, pues no sabiendo ni queriendo pelear, tú se lo has enseñado,» A estos establecimientos les dió el nombre de retras, como decretados por los Dioses y como sus oráculos.

Como tenía por la mayor y más preciosa funeion del legislador el cuidado de la educacion, tomándole de léjos, atendia como uno de los primeros objetos al matrimonio y la procreacion de los hijos; pues que no se dió luégo por