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Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo I (1879).pdf/349

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PERICLES.

tiempo.» Entónces esta sentencia no hizo más que una ligera impresion; pero cuando al cabo de pocos dias llegó la noticia de que el mismo Toimidas habia muerto, vencido en batalla junto á Coronea, y que habian muerlo tambien muchos de aque!la excelente juventud, coneilió este suceso mucha opinion y beuevolencia á Pericles, como á hombre prudente y amante de sus coneiudadanos.

De sus expediciones principalmente fué aplaudida la del Quersoneso, que puso en seguridad á los Griegos establecidos en aquellas regiones; pues no súlo dió aliento y valor á las ciudades llevando consigo una coloaia de mil Atenienses, sino que cercando, digámoslo asi, el estrecho con muros y fortificaciones á las orillas de uno y otro mar, refrenó las correrías de los Tracios, que circundaban el Quersoneso, é impidió la conlínua y dura guerra á que aquel país estaba siempre expuesto por la vecindad de todas partes con los bárbaros, y por las piraterías de los comarcanos y de los propios. Hizose tambien admirar y celebrar de los cxtraños cuando recorriú el Peloponeso, dando la vela de Pegas, puerto de Megara, con cien galeras; porque no sólo taló las ciudades maritimas, como ántes Tolmıdas, sino que entrando á bastante distancia del mar, con la tripulacion de los buques á unos los encerró dentro de los muros, temerosos de su llegada; y en Nemea á lɔs de Sicione que esperaron y trabaron batalla, los derrotó completamente, levantando por ello un trofeo. En la Acaya, que era aliada, tomó soldados para las galeras, y pasando con la escuadra más allá del Aqueloo al continente que está de la otra parte, corrió la Acarnania, encerró á los Oineadas dentro de sus murallas, y despues de talado y robado el pais dió la vuella á casa: habiéndose acreditado de temible para con los enemigos, y de tan feliz como activo para con los ciudadanos; pues ni áun de aquellos tropiczos que penden de la fortuna, incomodó ninguno los que con él militaron.