amigos de Antonio, insultados de Cleopatra porque en muchas cosas se le habian opuesto mientras estaban en el ejército, huyeron de él, y pasándose á César, le denunciaron et lestamento de Antonio, del que tenian conocimiento.
Hallábase depositado en poder de las virgenes Vestales; y á la peticion que César les hizo se negaron respondiendo que si queria fuera y lo tomase. Hízolo así; y primero leyó para sí solo lo en él escrito, anotando algunos lugares que daban más márgen á acusacion. Reuniendo despues el Senado, los leyó con ofensa é indignacion de muchos: porque parecia cosa dura y terrible que se hiciera cargo á nadie en vida de lo que disponia para despues de su muerte. Sobre lo que principalmente insistia era sobre la cláusula relativa á su entierro: porque mandaba que si moria en Roma, su cadáver, llevado en procesion por la plaza, fuera enviado á Cleopatra á Alejandría; y Calvisio, amigo de César, añadió como crímenes de Antonio en sus amores con Cleopatra los siguientes: que habia cedido y donado á ésta las bibliotecas de Pérgamo, en las que habia doscientos mil volúmenes distintos; que en un convite á presencia de muchos se habia levantado, y le habia hecho cosquillas en los piés por cierto convenio y apuesta entre ellos; que había sufrido que los de Efeso llamaran á su vista señora á Cleopatra; que muchas veces, estando administrando justicia á reyes y letrarcas, habia recibidu de ella billetes amorosos escritos en cornerinas y cristales, y puéstose á leerlos; y que hablando en una causa Furnio, hombre de grande autoridad y el más elocuente entre los Romanos, habia pasado Cleopatra por la plaza conducida en silla de manos, y Antonio, luego que la habia visto, habia marchado allá, dejando pendiente el juicio, y pendiente de la silla de manos la había acompañado.
Se cree que la mayor parte de estas inculpaciones habian sido inventadas por Calvisio. Los amigos de Antonio