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Plutarco.—Las vidas paralelas.

P 164 PLUTARCO. LAS VIDAS PARALELASllándose de la vajilla de oro y plata y de las mesas preciosas, muy superior todo á la opulencia de un particular, reflexionaron que un hombre ya de cierta edad y dueño de tanta riqueza, no se arrojaria á empresas de tamaña entidad sin una esperanza cierta, y sin contar con amigos que desde allá le ofrecieran grandes y cuantiosos auxilios.

Despues de las libaciones y de las solemnes plegarias se eclipsó la luna; lo que ninguna maravilla causó á Dion, que sabía calcular los períodos de los eclipses, y cuándo la sombra llega á oscurecer la luna, interponiéndose la tierra entre ésta y el sol; pero siendo conveniente dar aliento á los soldados que se habian sobresaltado, púsose en medio de ellos el adivino Miltas, diciéndoles que tuvieran buen ánimo, y formaran las mejores esperanzas: porque aquel portento lo que significaba era el oscurecimiento de cosas que entonces brillaban; y que no habiendo cosa más brillante que la tiranía de Dionisio, apagarian su esplendor en el momento que llegaran á la Sicilia. Esto fué lo que Miltas anunció en público á todos; pero en cuanto á las abejas que se vieron formar enjambre en la popa de una de las naves de Dion, dijo reservadamente á los amigos que esto le hacía temer no fuera que siendo desde luégo brillantes sus sucesos, al cabo de haber florecido por un breve tiempo se marchitasen. Dícese asimismo que á Dionisio le fueron enviadas muchas señales prodigiosas de parte de los Dioses: porque un águila arrebató la lanza de uno de los soldados estipendiarios, y levantándola y llevándola á grande altura, la dejó caer al abismo. El mar que bate en la ciudadela ofreció un dia agua dulce y potable, cosa que se hizo notoria á todos habiéndola, gustado.

Naciéronle unos lechoncillos, que tenían todos sus miembros cabales, faltándoles sólo las orejas. Revelaban los adivinos que esto era indicio de rebelion y desobediencia, significando que los ciudadanos no se someterian ya á su tiranía; que la dulzura del agua del mer indicaba para los