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Plutarco.—Las vidas paralelas.

le quiere con vebemencia; y es que su misma entereza é inflexibilidad para no pedir nada por favor, sino obrando en virtud de raciocinio y de una premeditada resolucion, cuando ya se determinaba, le hacía emplear medios seguros y efectivos. Para las peticiones injustas era inaccesible á la lisonja; y teniendo por indigno de un hombre grande el dejarse vencer de los que son desvergonzadámente importunos, á lo que algunos llaman vergüenza, solia decir que los que no saben negar nada, le parecia que no podian haber hecho buen uso de la flor de su juventud. Al marchar César al Africa contra Caton y Escipion, encomendó á Bruto la Galía cisalpina, por buena dicha de esta provincia, porque tratando los encargados de otras á sus habitantes como cautivos, para éstos era Bruto descanso y consuelo áun de los males ántes sufridos; de todo lo que hacía que el agradecimiento fuese para César, de tal ma Bera, que cuando despues de su vuelta recorria la Italis, le fueron un espectáculo muy agradable las ciudades sujetas á Bruto, y Bruto mismo que había aumentado su gloria y la recibia tambien con reconocimiento.

Eran várias las preturas, y no se dudaba que la de mayor dignidad, llamada pretura urbana, sería de Bruto ó Caaio. Dicen algunos que ya por otras causas estaban desacordados entre sí, sin que esto hubiese salido al público, y que con este motivo creció la discordia, sin embargo del deudo que tenían, porque Casio estaba casado con Junia, bermana de Bruto; pero otros aseguran que esta contienda fué obra de César, que reservadamente daba esperanzas á entrambos, hasta que excitados y acalorados uno y otro se mostraron competidores, contendiendo Bruto con su buena opinion y con su virtud contra las muchas y brillantes hazañas de Casio en la guerra de los Partos. Enterado César de la pretension, y consultando sobre ella con sus amigos, dijo: «Las alegaciones de Casio son más justas; pero á Bruto se ha de dar la primera.» Nombrado, pues, Casio para