que ni se la quitara la vida, ni se la separara de su lado.
Amo siempre más la madre á Ciro, y queria que éste reinara, por lo cual habiendo caido enfermo el padre, vino llamado desde el mar, y subió muy esperanzado de que la madre habría negociado el que fuese declarado sucesor del trono; porque tenía para esto Parisalis una razon plausible, de la que ya habia ántes hecho uso el antiguo Jerges, instruido por Demarato, pues decia que á Arsicas lo habia dado á luz cuando Darío su esposo no era sino particular, y á Ciro cuando ya reinaba. Mas sin embargo no fué escuchada, y se declaró por rey al primogénito, mudándole su nombre en el de Artajerges, y á Ciro sátrapa de la Lidia y capitan general de las provincias marítimas.
A poco tiempo de haber muerto Darío, pasó el rey á Pasargada con el objeto de recibir la iniciacion régia de los sacerdotes de Persia. Existe allí el templo de una diosa guerrera que puedo presumirse sea Minerva, y el que ha de ser iniciado debe entrar en él, y deponiendo la estola propia (1), vestirse la que llevaba Ciro el Mayor antes de ser rey, comer pan de higos, tragar terebinto y beberse un vaso de leche aceda. Si además de estas cosas tienen que ejecutar algunas otras, no es dado saberlo á los de afuera. Cuando iba Artajerges á cumplir con ellas, llegó á él Tisafernes, trayendo á su presencia á uno de los sacerdotes que habia sido presidente de la educacion dada á Ciro con los otros jóvenes segun las leyes patrias, y le había enseñallo la magia; por lo cual ninguno habia de haber sentido más que no hubiese sido declarado rey, y de ninguno se debia desconfiar menos para darle crédito, acusando á Ciro. Acusábale, pues, de asechanzas en el templo, y de que tenía meditado mientras el rey se vestia la estola, acometerle y quitarle la vida. Algunos dicen que en virtud de esta denuncia se le prendió; pero otros sos(1) La estola era ropa talar que cubria todo el cuerpo.