Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V (1880).pdf/260

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
262
Plutarco.—Las vidas paralelas.

nimia precaucion de Clearco que la temeridad de Ciro, en que con éste todo se hubiese perdido; pues si el mismo Rey se hubiera puesto á pensar dónde colocaria los Griegos para recibir de ellos ménos daño, no hubiera encontrado otro sitio mejor que aquel en que estuviesen más léjos de él mismo y de los que con él peleaban, desde el cual él mismo no percibió que era vencido, y Ciro se anticipó á morir antes de sacar ninguna ventaja de la victoria de Clearco. Y no porque Ciro no hubiese conocido qué era lo que convenia, disponiendo que Clearco formara allí en el centro; pero éste con decir que dejara á su cuidado el disponer lo mejor, todo lo desbarató y destruyó.

Porque los Griegos arrollaron á los bárbaros como y cuanto quisieron, y persiguiéndolos, corrieron casi toda la llanura; mas contra Ciro, que llevaba un caballo noble, pero duro de boca y de sobrados alientos, llamado Pasaca, segun dice Ctesias, movió el caudillo de los Cadusios Artaguerses, diciendo á grandes voces: «Oh tú que infamas el glorioso nombre de Ciro, el más injusto y más temerario de los hombres, vienes atrayendo en mal hora á los valientes Griegus contra las riquezas de los Persas, con esperanza de dar muerte á lu señor y tu hermano, que tiene millares de millares de esclavos mejores que tú: pero ahora lo verás, pues antes perderás aquí tu cabeza que puedas ver el rostro del Rey. Dicho esto, le lanzó un dardo, y la coraza resistió firme al golpe, con lo que no llegó á ser herido Ciro, sino sólo conmovido en la silla, porque el golpe fué violento. Al volver Artaguerses el caballo, tiró Ciro contra él, y le acertó, entrando la punta del dardo por el cuello sobre la clavícula. Así casi todos convieuen en que Arlaguerses fué muerto por Ciro; pero por cuanto de la muerte de éste no habló Jenofonte sino llana y brevemente, como que no la presenció, nada parece que se opone á que expresemos con distincion lo que acerca de ella refieren Dipon y Ctesias.