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Plutarco.—Las vidas paralelas.

los reales, siendo los que había llevado á la batalla, segua dice Ctesias, sobre cuatrocientos mil; pero Dinon y Jenofonte refieren haber sido muchos más los que entraron en accion. De muertos dice Ctesias que Artajerges le refirió haber sido nueve mił, y que á él le parece que en todo no bajaron los que perecieron de veinte mil. En esto puede haber duda; pero lo que es una insigne impostura de Ctesias, es decir que él mismo fué enviado á los Griegos con Faleno de Zacinto y algunos otros; porque Jenofonte sabía que Ctesias moraba en la corte del Rey, puesto que hace mencion de él, y es claro que tuvo en las manos sus libros; y si hubiera ido y sido intérprete de las conferencias, no habria dejado de nombrarle cuando nombra á Faleno de Zacinto; y es que siendo Ctesias sumaments ambicioso y no ménos apasionado de los Lacedemonios y de Clearco, siempre deja para sí mismo algunos huecos en la narracion, y cuando se ve en ella, dice muchas y grandes proezas de Clearco y de Lacedemonia.

Despues de la batalla envió los más ricos y preciosos dones al bijo de Artaguerses, muerto á manos de Ciro, y honro magnificamente á Ctesias y á todos los demas. Habiendo hallado al Caunio aquel que le dió el odre, de oscuro y pobre lo hizo ilustre y rico. Se notó cierto estudio hasta en los castigos de los que faltaron; porque á un Medo llamado Arsaces que en la batalla huyó á Ciro, y otra vez se le pasó despues de muerto éste, queriendo en él castigar la timidez y cobardía, y no la traicion ni la maldad, le condenó á que tomando en hombros una ramera desnuda, la paseara así un dia entero por la plaza. A otro que sobre haberse pasado se habia atribuido con falsedad haber muerto á dos enemigos, dispuso que le atravesaran la lengua con tres agujas. Creyendo él mismo, y queriendo que todos creyeran y dijeran que él había sido quien habia muerto á Ciro, á Mitridates que fué el primero en tirar contra Ciro, le envió magníficos dones, encargando á los que