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Plutarco.—Las vidas paralelas.

hace preguntas. El llevando adelante la equivocacion con sagacidad, conviene en todo, y volviendo a la ciudad se lo lleva consigo en conversacion, sin que pudiera caer en sospecha. Cuando ya estaban cerca, y apénas faltaba otra cosa que el que le echaran mano á Tecnon, quiso la buena suerte que se apareciese allí Ergino; y habiéndose penetrado de la equivocacion y del peligro, por señas previno á Tecnon que hayera, y encaminándose ambos á casa de Arato, por piés pudieroa salvarse. Mas no por eso cedió éste en sus esperanzas, sino que inmediatamente envió á Ergino con dinero para que lo entregara á Dionisio, y le encargara el secreto. Bizolo así Ergino, y se vino despues á casa de Aralo, trayendo á Dionisio consigo. Luego que allí le tuvieron, ya no le dejaron de la mano, sino que lo aprisionaron y lo pusieron en buena custodia, dedicándose á tomar las convenientes disposiciones para la ejecucion de su proyecto.

Cuando ya todo estuvo á punto, mandó que las demas fuerzas pasaran la noche sobre las armas; y tomando consigo cuatrocientos hombres escogidos, que á excepcion de muy pocos, ignoraban tambien qué era lo que iba á hacerse, los condujo á las puertas de la ciudad por la parte del templo de Juno. Estábase en medio de la estacion del estio y en el plenilunio, y la noche era despejada y clara; de manera que de miedo reservaba lo posible las armas que resplandecian al reflejo de la luna, no fuera que no pudiesen ocuitarse á la guardia. Cuando ya los primeros estaban cerca, se levantó del mar una nubecilla, que corriéndose, ocupó la ciudad y los contornos haciendo que quedaran en sombra. Allí los demas se sentaron y quitaron los zapatos, porque los piés desnudos ni hacen mucho ruido, ni se resbalan subiendo por las escalas; y Ergino llevó consigo siete jóvenes vestidos como de camino, y acercándose sin ser visto á la puerta, dió muerte al portero y á los de la guar dia. Al mismo tiempo se pusieron las escalas, y dando