Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V (1880).pdf/345

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
347
Galba.

concibió temor; y acercándose á ellos les preguntó qué querian y con órden de quién habian tomado las armas.

Salióle al encuentro una sola voz de todos, que reconocian á Galba por emperador; y él entónces, acercándose más, aclamó tambien, mandando hacer otro tanto á los que traia consigo. Permitiéndole á esta sazon los de la puerta entrar con unos cuantos, le tiraron con una lanza, cuyo golpe paró delante de él Septimio con su escudo; pero sobreviniendo muchos con las espadas desnudas, dió á huir, y alcanzándole le dieron muerte en el dormitorio de un soldado. Sacáronle luego al medio, y poniéndole entre canceles, le presentaron al dia siguiente en espectáculo á los que quisieron verle.

Muerto Ninfidio de esta manera, como Galba, luego que lo supo, diese órden de que quitaran la vida á cuantos habiendo sido de los conjurados no se hubiesen anticipado á quitársela á sí mismos, de cuyo número eran Cingonio el que escribió el discurso, y Mitridates Póntico, pareció que no se habia procedido legítimamente, por más que fuese oon justicia, en hacer morir sin juicio precedente á ciudadanos no de infima clase. Porque todos esperaban otro órden de gobierno, engañados con los anuncios que suelen hacerse en los principios. Fué mayor todavía el descontento con haberse dado órden de que muriera Petronio Turpiliano, varon consular que se había mantenido fiel á Neron; porque para haber ejecutado otro tanto con Macron en Africa por medio de Treboniano, y en Germania con Fronteyo por medio de Valente, habia la excusa de que se hallaban con las armas en la mano y en los ejércitos; pero nada podia oponerse á que se dejara hablar en su defensa á Turpiliano, viejo y desarmado, si se pensaba en hacer ver por las obras la moderacion de que tanto se hablaba:

tales eran las quejas que habia ya con este motivo. Sucedió despues que siguiendo en su viaje, cuando estuvo á unos veinticinco estadios de Roma, se encontró con un al-