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Plutarco.—Las vidas paralelas.

su madre. Mas al mismo tiempo la fortuna, que como aquella mujer de los versos de Arquíloco, Engañosa y falaz, en la una mano Agua llevaba, y en la otra fuego, habiéndole apartado con tan desagradables y terribles nuevas de Lacedemonia, le presentó otras esperanzas de nuevos y grandes sucesos con la ocasion siguiente.

Muerto Casandro, su hijo mayor llamado Filipo falleció asimismo, habiendo sido muy poco el tiempo que reinó sobre los Macedonios; y los otros dos se pusieron entre sí en discordia y en abierta disension. El uno de éstos, Antipatro, dió muerte á Tesalónica su madre; por lo que el otro llamó en su auxilio del Epiro á Pirro y del Pelopopeso á Demetrio. Adelantóse Pirro, y tomándose una gran parte de la Macedonia como premio del socorro, era ya un vecino temible para Alejandro. Demetrio luégo que recibió la carta se habia puesto en movimiento con su ejército; y como aquel jóven temiese todavía más á éste por su grande dignidad y fama, bien le salió al encuentro en Dion, y lo saludo y recibió con las mayores muestras de aprecio; pero ya nada le dijo sobre tener necesidad de su presencia. Levantáronsa, pues, sospechas de uno á otro; y yendo Demetrio á un banquete para el que aquel jóven le habia convidado, hubo quien le advirtió en el camino de que se le armaban asechanzas, teniendo dispuesto darle muerte entre los brindis. Nada se inmutó con esta denuncia, y sólo se detuvo un poco para dar órden á sus caudillos de que la tropa estuviese sobre las armas; y á los criados y demas personas de su comitiva, que eran muchos más que los de Alejandro les mandó que entraran al comedor y permanecieran alli hasta que se levantase de la mesa. Temieron con esto los que Alejandro tenía prevenidos, y no se atrevieron á poner por obra su designio,