Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo V (1880).pdf/366

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
368
Plutarco.—Las vidas paralelas.

ridad. No era tampoco del todo sano el estado de los soldados enemigos, ni éstos más dóciles y obedientes á sus caudillos, sino atrevidos y soberbios por la misma causa; pero siquiera tenian experiencia de la guerra, y no huian del trabajo, estando acostumbrados á él; cuando éstos por el ocio y por su vida pacifica eran muelles, habiendo por lo más pasado el tiempo en teatros y fiestas, y llenos de orgullo y altanería afectaban desdeñar el servicio, porque no les estaba bien, y no porque no pudieran sufrirle. Espurina, que quiso obligarlos á él, estuvo muy expuesto á que le quitaran del medio; por de contado no hubo insulto é insolencia á que no se propasasen, llamándole traidor y destructor de los intereses y negocios del César; y algunos poseidos del vino se presentaron de noche en su tienda, pidiéndole la paga de marcha, porque tenian que ir donde estaba el César para acusarle.

Sirvió mucho para los negocios y para Espurina el insulto hecho á este mismo tiempo á sus soldados en Plasencia; porque los de Vitelio, llegándose á las murallas, motejaban á los de Oton de que se resguardaban con las fortificaciones, llamándolos gente de teatro y pantomima, espectadores de juegos Piticos y Olímpicos, pero inexpertos en la guerra y la milicia, de las que no tenian idea, estando muy ufanos con haber cortado la cabeza á un anciano desarmado, diciéndolo por Galba, pero sin tener ánimo para presentarse á combatir y pelear con hombres á cuerpo descubierto. Porque fué tanto lo que con estos baldones se irritaron é inflamaron, que corrieron á Espurina, rogándole que dispusiera de ellos y les mandara lo que gustase, pues que no habria peligro ó trabajo á que se negasen. Trabóse, pues, un reñido combate mural, y aunque se arrimaron muchas máquinas, vencieron los de Espurina, rechazando con gran matanza á los contrarios, y conservaron con gloria una ciudad tan floreciente como la que más de Italia. Eran de otra parte, así para las cin-